ALGO PARA SOSTENER
Escrito el lunes, 30 de noviembre de 2020 a las 2:30 a. m.
Quise hacer una gorra.
Una gorra dominicana.
No una que grite. No una que pida ser vista.
Algo callado. Algo bello. Algo que signifique algo.
La mayoría de las que se ven hoy son baratas o ruidosas.
Gritan color. Gritan bandera.
Olvidan el cuidado.
Yo quería lo contrario.
Algo que pudiera vivir más allá de la moda o el ruido.
Intemporal.
Elegante sin esfuerzo.
Orgullosa sin lema.
La marca es “RD.”
Líneas simples. Sin trucos.
Dentro de la “R,” escondí la isla.
Un pequeño contorno, para quien mire de cerca.
No todos lo verán. Ese es el punto.
A los lados y atrás-
la rosa de Bayahíbe.
Solo crece en República Dominicana. Es rara, casi desaparecida.
Una señal silenciosa.
Tenía que sentirse bien.
Lana, densa y suave.
Una corona con forma pero sin rigidez.
Una visera que se curva lo justo.
Cada línea tenía que ganarse su lugar.
La llamé 1106-
6 de noviembre de 1844.
El día en que la bandera y el nombre fueron hechos oficiales.
Cuatro números que no hay que explicar a quienes saben.
Cada gorra llega en una bolsa de tela.
No es empaque. Es protección.
Hecha para usarse, sí.
Pero también para conservarse.
No es ruidosa. No necesita serlo.
Es para quienes entienden el peso de las cosas.
Para quienes se preocupan por cómo algo se siente en la mano.
Una gorra, sí-
pero también un pequeño pedazo de memoria que se puede sostener.
djmr